16 nov 2008

Jactándose: una actividad de auto-alabanza

DATOS TÉCNICOS
Objetivos:
1. Ayudar a los participantes a identificar y compartir sus capacidades personales.
2. Explorar sentimientos y reacciones al compartir “autoalabanza“ con otros participantes.
3. Experimentar el sentido de alabanza que tiene cada persona al expresar sus propias capacidades a otros.

Tiempo: 75 Minutos
Tamaño del grupo: Grupo mediano -o grande- divididos en subgrupos de 2 participantes
Material: Ninguno

EXPLICACIÓN
El educador comienza con una "charla" o breve exposición sobre lo importante de identificar "lo que se posee” y el compartir las capacidades que uno tiene (o talentos o logros) como aspectos de fuerza personal. Esta exposición se enfocará sobre el tabú cultural que existe contra la acción de jactarse o autoalabarse, mencionando el miedo de violarlo o de quedar en ridículo por hacerlo. Además de esto, se puede incluir en la misma la lectura del poema “Alardear”, de Herman (diez minutos.)
Tras esto, se pide al grupo que formen parejas. El educador informa que la dinámica consiste en identificar -y posteriormente compartir- al menos tres o cuatro áreas fuertes en las que las parejas estén dispuestas a hacer demostraciones jactándose o alardeando ante los demás miembros del grupo. También es importante pedirles que enfoquen su atención (y compartan) los sentimientos que hayan experimentado antes de que se suscitara la actividad del grupo. (Diez minutos)
Después se pedirá a los participantes que caminen por el cuarto y compartan sus alardes con los otros. Los participantes irán dando vueltas de un lado para otro para compartir jactancias con los otros. Los participantes tendrán que estar conscientes en tondo momento de los sentimientos, reacciones y reservas que presenten durante la experiencia. (Veinte minutos)
Una vez esto, se darán instrucciones para que los participantes se reúnan con sus parejas para analizar la experiencia utilizando la siguiente guía (Veinte minutos):

1. ¿Cómo te sentiste al compartir tus jactancias o alardes con los otros miembros del grupo?
2. ¿Qué alardes parecían más fáciles y cuáles más difíciles?
3. ¿Fue más fácil compartir con algunas personas que con otras?
4. ¿Cómo compartiste tus jactancias: ¿orgullosamente? ; ¿cómo ensayo? ; ¿con vergüenza? o ¿con gusto?
5. ¿Te creías lo que decías?
6. ¿Cuales fueron las reacciones de los demás ante tus demostraciones? ¿De qué manera te afectaron?
7. ¿Cómo calificarías a cada uno de tus alardes en una escala de diez puntos sobre el criterio de "libertad de riesgos" (0 para el que está completamente libre, 10, para el más arriesgado, que podría traer consecuencias negativas)?
8. ¿Cómo te sentiste a ti mismo durante la experiencia, y cuáles son tus sentimientos acerca de ti mismo ahora?

El educador, una vez terminado este análisis, conducirá una discusión acerca del progreso del gruop en general, enfocando su atención sobre lo que las personas han aprendido o recordado acerca de ellas mismas y cómo el aprendizaje podría tener una aplicación práctica. (Diez minutos)
Finalmente, el educador guiará un proceso para que el grupo analice cómo se puede aplicar lo aprendido en su vida.

El bote salvavidas

DATOS TÉCNICOS
Objetivos:
1. Simular tan dramática y tan claramente como sea posible la experiencia de un valor, en lugar de sólo intelectualizarlo.
2. Identificar los sentimientos involucrados en un valor en particular.
3. Confrontar la racionalización de los participantes con la vivencia de un valor.

Tiempo: 60 - 100 Minutos
Tamaño del grupo: 10 Participantes (aunque es relativamente adaptable)
Material: Un reloj despertador manual que toque fuerte.

EXPLICACIÓN
El educador pide a los participantes que se sienten en medio del salón, sobre el suelo, en una formación que parezca un bote o balsa. El educador trata de ambientar el lugar y pide al grupo que se imagine que se encuentra en un crucero por el Atlántico y que una seria tormenta se ha presentado de imprevisto ante ellos, siendo su barco alcanzado por los rayos y la marejada. Hecho que provoca que todos tengan que subirse a un bote salvavidas.
No obstante, hay un problema: el bote tiene comida y espacio suficiente sólo para nueve personas, a pesar de que el equipo de tripulantes -el grupo- son diez. Así pues, es evidente que una de ellas tiene que sacrificarse para salvar al resto.
En este punto, el educador debe informar de que dicha decisión será realizada por el mismo grupo: cada miembro va a “abogar por su caso”, dando razones de por qué debe vivir y luego el grupo decidirá quién va a dejar el bote.
Para tomar tal decisión, se cuenta con un máximo de tiempo de una hora. Al finalizar dicha, el bote salvavidas se hundirá si aún hay diez personas en su interior.
Para controlar el tiempo, se pondrá un reloj despertador junto a los participantes para que puedan oír el tic tac, sintiendo cómo se les agotan los minutos. La alarma sonará a la hora y, si nadie se ha bajado para entonces, morirán todos.
Durante el proceso, el educador notificará al grupo, a intervalos, el tiempo que les queda. Además, deberá inducir al grupo, a posteriori, a discutir el proceso y los sentimientos que han surgido durante el desarrollo de la actividad. Ya que la experiencia es fuerte, es necesario que demos el tiempo suficiente para que la tarea se haya cumplido con éxito. (Una hora o más).
Posteriormente, se realiza con el grupo una tormenta de ideas sobre los valores que se encuentran implícitos en la situación que acaban de experimentar. Tras esto, se explotarán los conceptos que han aparecido con las siguientes preguntas:

1. ¿Los participantes del grupo a que clase de valor apelaron?
2. ¿Qué valores actuaron los participantes del grupo?
3. ¿Qué aprendiste acerca de tus valores, desde un punto de vista experimental?
4. A la luz de la experiencia, ¿Cómo valoras tu propia vida y la de los demás?
5. ¿Cuál es tu valor?

Finalmente, el educador guiará un proceso para que el grupo analice cómo se puede aplicar lo aprendido en su vida.

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